martes, 27 de mayo de 2014
¿QUE ES EL AVE FÉNIX?
El ave Fénix es un pájaro mítico de la mitología griega, que se consumía por acción del fuego cada 500 años, pero luego resurgía de sus propias cenizas. Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía.
NUMERO 1
Relata la historia de un ave
capaz de renacer de sus propias cenizas. Es un símbolo universal de la muerte
generada por el fuego, la resurrección, la inmortalidad y el sol.
Es un ave mitológica oriunda
de leyendas popularizadas en Medio
Oriente, norte de África e India.
Se dice que el Ave Fénix habitaba
en los desiertos arábigos y que su aspecto se parecía al de una gran garza,
mientras dos plumas se asomaban sobre su cabeza a manera de cresta.
Según la mitología del antiguo
Egipto:
El Ave Fénix representaba al Sol, que muere por la noche y
renace por la mañana. Allí, se la consideraba una deidad protectora, además de
representar la Inmortalidad y el renacer a la nueva vida.
Construyeron en su honor un templo en la ciudad de heliopolis, considerada sitio sagrado al que esta ave regresaba cada quinientos
años a morir y resurgir de sus propias cenizas.
Según Ovidiano, “cuando el Fénix ve llegar su final, construye
un nido especial con ramas de roble y lo
rellena con canela, nardos y mirra, en lo alto de una palmera. Allí se sitúa y,
entonando la más sublime de sus melodías, expira. A los 3 días, de sus propias
cenizas, surge un nuevo Fénix y, cuando es lo suficientemente fuerte, lleva el
nido a Heliópolis, en Egipto, y lo deposita en el Templo del Sol”. Como el
nuevo Fénix acumula todo el saber obtenido desde sus orígenes, un nuevo ciclo
de inspiración comienza.
Para los chinos, el Fénix (llamado “Feng”) es un ave de
resplandecientes colores, parecida al faisán y al pavo.
El mito del Ave Fénix se extendió ampliamente entre los
griegos, que le dieron el nombre de Phoenicoperus (que significa alas rojas),
apelativo que se extendió por toda la Europa romana.
Los primeros cristianos, influidos
por los cultos helénicos, hicieron de esta singular criatura un símbolo
viviente de la inmortalidad y de la resurrección, así narra la leyenda
desde su punto de vista:
Se dice que en el Edén
originario, debajo del Árbol del Bien y del Mal, floreció un arbusto de rosas.
Allí, junto a la primera rosa,
nació un pájaro, de bello plumaje y un canto incomparable, y cuyos principios
le convirtieron en el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol.
Cuando Adán y Eva fueron
expulsados del Paraíso, cayó sobre el nido una chispa de la espada de fuego de
un Querubín, y el pájaro ardió al instante.
La inmortalidad, fue el premio a
su fidelidad al precepto divino, junto a otras cualidades como el conocimiento,
la capacidad curativa de sus lágrimas, o su increíble fuerza. Pero, de las propias
llamas, surgió una nueva ave, el Fénix, con un plumaje inigualable, alas de
color escarlata y cuerpo dorado.
Algunas fábulas lo sitúan
posteriormente en Arabia, donde habitaba cerca de un pozo de aguas frescas y se
bañaba todos los días entonando una melodía tan bella, que hacía que el Dios
Sol detuviera su carro para escucharle.
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